La controversia se intensifica mientras la comunidad internacional observa de cerca la situación de los derechos humanos en el país centroamericano.
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Kilmar en cárcel Cecot. Foto:Redes sociales
La polémica se desató luego de que los abogados de Kilmar Ábrego García presentaran una demanda ante un tribunal federal en Maryland, Estados Unidos, acusando a las autoridades salvadoreñas de someter a su cliente a “horribles torturas y maltratos”.
Según los abogados, Ábrego fue despojado de su ropa, rapado, golpeado y obligado a permanecer de rodillas por periodos de hasta nueve horas. Además, denunciaron que la escasez de alimentos en prisión le provocó una significativa pérdida de peso, lo que pone en duda las condiciones de reclusión en el CECOT, una megacárcel que ha sido objeto de escrutinio internacional desde su inauguración.
Sin embargo, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, no tardó en responder a estas graves acusaciones. A través de sus redes sociales, incluyendo su cuenta de X, el mandatario salvadoreño difundió material audiovisual que, asegura, contradice rotundamente la versión de Ábrego.
Las imágenes muestran a Kilmar Ábrego dentro de las instalaciones penitenciarias, no solo viendo televisión, sino también ejercitándose. En las fotografías, Ábrego aparece con un aspecto saludable, e incluso se sugiere que ha ganado peso, muy diferente a la imagen de una persona torturada y desnutrida que sus abogados han descrito.
Kalmar Ábrego en el CECOT, El Salvador. Foto:Captura de pantalla.
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“Si fuera cierto que este señor fue torturado, privado de sueño y de comida, no se vería así, ni habría engordado, ni tendría el buen semblante que posee“, escribió Bukele en una de sus publicaciones, buscando desacreditar las denuncias.
Las revelaciones del presidente buscan posicionar el argumento de que las alegaciones de tortura son infundadas y forman parte de una campaña para desprestigiar las políticas de seguridad de su gobierno, que han sido ampliamente populares en El Salvador por la reducción de la violencia de pandillas.
Este caso cobra aún mayor relevancia si se considera que Kilmar Ábrego fue, según algunas fuentes, deportado erróneamente a El Salvador en marzo de 2025 y posteriormente regresó a Estados Unidos en junio del mismo año.
Apparently, anything a criminal claims is accepted as truth by the mainstream media and the crumbling Western judiciary.
But the man wasn’t tortured, nor did he lose weight. In fact, photos show he gained weight while in detention. There’s plenty of footage from different days,… pic.twitter.com/PzvLcCNzrK
— Nayib Bukele (@nayibbukele) July 3, 2025
La denuncia de torturas ha reavivado el debate sobre el respeto a los derechos fundamentales en el marco del “régimen de excepción” implementado por el gobierno de Bukele para combatir a las pandillas, una medida que ha generado tanto apoyo nacional como críticas de organizaciones internacionales de derechos humanos.
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Mientras la demanda en Maryland sigue su curso, las imágenes difundidas por el presidente Bukele añaden una nueva capa de complejidad a un caso que subraya la tensa relación entre la lucha contra el crimen y la protección de los derechos individuales en El Salvador.
Ábrego fue deportado por un “error”
Kilmar Armando Ábrego García, de 30 años, fue deportado sumariamente a la prisión de máxima seguridad CECOT en El Salvador en marzo, como parte de la ofensiva del presidente Donald Trump contra los migrantes indocumentados.
Los abogados del Departamento de Justicia admitieron posteriormente que Ábrego García, casado con una ciudadana estadounidense, fue deportado injustamente debido a un “error administrativo”.
Así es una celda de CECOT, la increíble cárcel de El Salvador. Foto:X @ChrisGuevaraG
Ábrego García vivía en Estados Unidos bajo estatus legal protegido desde 2019.
El salvadoreño fue devuelto a Estados Unidos en junio para enfrentar cargos de tráfico de personas en el sureño estado de Tennessee.
FELIPE SANTANILLA AYALA
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS