La operación más sangrienta en la historia de Río de Janeiro comenzó a planificarse casi dos meses antes. A principios de septiembre, cuando la investigación de la División de Represión de Narcóticos (DRE) contra criminales de la cúpula del Comando Vermelho (CV) en los complejos Penha y Alemão fue remitida a los tribunales para la emisión de órdenes de arresto, el secretario de la Policía Civil, Felipe Curi, contactó a Victor Santos, secretario de Seguridad, y al coronel Marcelo Menezes, secretario de la Policía Militar.
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Operativos contra bandas criminales en Río de Janeiro el martes. Foto:AFP
En reuniones en la Ciudad de la Policía, el BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales) y el Cuartel General de la PM (Policía Militar), se definió la estrategia para la incursión: las tropas se desplegarían por todo el grupo de favelas con el fin de “empujar” a los narcotraficantes hacia la Serra da Misericórdia, que separa los dos complejos y se hizo conocida a nivel nacional, durante la ocupación de Alemão en 2010, como el lugar de la fuga de los criminales filmada en vivo.
Esta vez, sin embargo, los narcotraficantes se vieron sorprendidos por un muro formado por agentes del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE). La mayoría de las muertes en la operación ocurrieron precisamente en ese momento.
Fase de planeación de la policía de Río de Janeiro para la ‘Operación Contención’. Foto:Cortesía O Globo
Durante una conferencia de prensa, el coronel Menezes declaró que la estrategia estaba diseñada para “proteger a la gente buena de la comunidad”.
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“Desplegamos tropas del BOPE en la zona más alta de la Serra da Misericórdia, creando un cordón de seguridad que obligó a los delincuentes a replegarse a terreno elevado mediante otras incursiones. Nuestro principal objetivo era proteger a la población. La mayor parte del enfrentamiento tuvo lugar en la zona boscosa donde se encontraban nuestras tropas, una decisión tomada por los delincuentes”.
Policías siguieron a los sospechosos por detrás, mientras el BOPE los rodeaba en el bosque. Foto:Cortesía O Globo
La estrategia fue ideada por agentes de policía que participaron en la operación de ocupación de 2010, entre ellos el secretario de Seguridad, Víctor Santos —quien en ese entonces dirigía la División de Represión de Narcóticos de la Policía Federal— y el subsecretario operativo de la Policía Civil, Carlos Oliveira. Estos oficiales determinaron que la captura de delincuentes fugitivos durante los operativos en las favelas se veía obstaculizada por esta ruta de escape.
El plan, sin embargo, no fue bien recibido por los agentes de la Policía Federal de la Superintendencia de Río de Janeiro, quienes habían sido convocados para participar en la operación unas dos semanas antes. La evaluación de la Policía Federal fue que un enfrentamiento en el bosque tenía una alta probabilidad de resultar en numerosas muertes —lo cual, de hecho, sucedió— y podría dañar la imagen de la fuerza, acostumbrada a operaciones más precisas con una baja tasa de mortalidad.
Durante la redada en Rio de Janeiro, 56 vías fueron bloqueadas por delincuentes. Foto:Cortesía O Globo
“Tras analizar el plan operativo, nuestro equipo comprendió que no era una operación razonable en la que participáramos”, declaró el director general de la Policía Federal, Andrei Rodrigues.
Por GDA 0 Globo
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