Los candidatos conservadores Nasry ‘Tito’ Asfura, del Partido Nacional -para quien el presidente estadounidense, Donald Trump, pidió el voto-, y Salvador Nasralla, del Partido Liberal, eran protagonistas al cierre de esta edición de un cerrado duelo por quedarse con la presidencia de Honduras, en unos comicios que, más allá de quien gane, significan el giro definitivo a la derecha del país centroamericano.
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Con el 57 por ciento de las actas escrutadas, los resultados preliminares indican un empate técnico entre Asfura (39,9 por ciento) y Nasralla (39,8 por ciento), lo que se traduce en una diferencia de apenas 515 votos en el momento en el que el Consejo Nacional Electoral anunció la finalización de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), sobre las dos de la tarde de ayer. Cabe mencionar que en Honduras no existe la segunda vuelta y vence quien tenga la mayoría de los sufragios.
“Ante este empate técnico, debemos guardar calma, tener paciencia y esperar que, como CNE, terminemos de contabilizar actas por contingencia 1 y 2. Y que, posteriormente, se realice el proceso de escrutinio especial, para así finalizar el escrutinio general”, dijo en X Ana Paola Hall, la consejera presidenta del CNE, órgano que tiene hasta 30 días para realizar un pronunciamiento oficial con los resultados.
El candidato a la Presidencia de Honduras por el partido Liberal, Salvador Nasralla. Foto:EFE
Pese a ello, los comicios generales de Honduras se desarrollaron este domingo sin mayores incidentes, leves denuncias de retrasos, de supuestos impedimentos para los observadores de cara al recuento y de urnas dañadas, pero con una alta afluencia de votantes.
El regreso de la derecha
Más allá del ajustado empate, los resultados evidencian la derrota de la izquierda y del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), cuyo liderazgo recae en la presidenta Xiomara Castro.
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En concreto, el Partido Liberal lleva 16 años sin llegar al poder, por lo que la victoria de Nasralla podría interpretarse como un revés significativo para el oficialismo, después de que el candidato conservador se adhiriera a esa resquebrajada formación política al renunciar el año pasado a la Vicepresidencia en el Gobierno de Castro por disputas internas.
El Partido Nacional, por su parte, solo lleva un periodo sin gobernar, tras la salida del expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), aunque sí acumuló un desgaste durante sus tres administraciones (2010-2022) por denuncias de corrupción y presuntas vinculaciones con redes de narcotráfico.
La izquierdista Rixi Moncada, del oficialista, fue relegada a un tercer puesto, con unos 359.584 votos (19,1 por ciento), lejos de sus encuestas que daban una ventaja frente a los dos candidatos conservadores.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro. Foto:EFE
El impacto de Trump y China
El presidente Trump, sorprendió a escasos días de las elecciones al apoyar a Asfura, bajo la promesa de que habrá apoyo para el país centroamericano, azotado por la pobreza y oleadas migratorias hacia la nación norteamericana.
Trump advirtió que no podría trabajar con Nasralla, a quien llamó “casi comunista” por haber su pasado en la actual administración. Nasralla atribuyó los dichos de Trump a una “desinformación malintencionada” de sus adversarios. Asfura, en tanto, se dijo listo para colaborar con Estados Unidos, donde viven dos millones de hondureños y es el principal socio comercial del país.
Con ese respaldo a Asfura, Trump también asombró a los hondureños con un futuro indulto al expresidente Hernández, condenado en 2024 en Estados Unidos a 45 años de prisión, más cinco de libertad vigilada, por tres cargos de narcotráfico y armas, incluyendo haber recibido dinero del capo mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
En medio de ese retorno asegurado de la derecha surge la incertidumbre de un posible restablecimiento de las relaciones con Taiwán -eje de la campaña-, después de que en 2023 la actual presidenta hondureña las rompiera para estrechar vínculos con China. Previo a los comicios, Asfura ya advirtió que cortaría con China y restablecería las relaciones con Taiwán, bajo el pretexto de que estaba muy bien cuando tenía relaciones con la isla asiática, porque recibía apoyo comercial y económico.
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De una opinión casi similar es su contrincante Nasralla, quien ha dicho que, de ganar la presidencia, romperá relaciones con Venezuela, retomará “las buenas relaciones” que Honduras ha tenido con Taiwán, y que con China la relación será solo en el campo económico.
CAMILO A. CASTILLO — Subeditor Internacional — X: @camiloandres894
(*) Con información de EFE
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