Cabello corto, uniforme limpio y zapatos lustrados. Las tres condiciones que, a partir de ahora los escolares salvadoreños deben cumplir diariamente para entrar a uno de los 5.100 colegios estatales del país centroamericano en unas medidas que el gobierno de Nayib Bukele afirma que forman parte de su guerra contra las pandillas, pero que críticos condenan como una “militarización” de las escuelas públicas.
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La violencia estudiantil es un fenómeno histórico en El Salvador, remontándose a las décadas de los 50
Esta semana el mismo Bukele salió a defender la nueva política, afirmando en la red social X que antes los centros educativos salvadoreños eran lugares de reclutamiento de pandilleros.
“Hoy, muchas madres lloran a sus hijos que están en las cárceles; otras, a los que están en el cementerio o siguen desaparecidos”, afirmó el mandatario. “Las medidas de disciplina en las escuelas buscan evitar que esta tragedia vuelva a repetirse. Dicen que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. El Salvador no la va a repetir, por más que nos critiquen”.
Estudiantes del Instituto Técnico de Exalumnos Salesianos en un acto cívico, en San Salvador. Foto:EFE
Elegido en el 2019, Bukele y su gobierno han librado desde el 2022 una guerra intensa contra pandillas como la Mara Salvatrucha y Barrio 18 que ha reducido significativamente la tasa de homicidio en el país centroamericano, convirtiéndolo en uno de los más seguros de Latinoamérica, lo que le ha dado una enorme popularidad en El Salvador.
Sin embargo, esta reducción del crimen se ampara -según varias ONG y diversos críticos- en un régimen de excepción que ha suspendido varios derechos básicos, incluyendo permitir detenciones de orden judicial, lo que grupos de derechos humanos afirman ha llevado a que miles de inocentes terminen tras las rejas.
En conversación con El Comercio, el periodista salvadoreño Fernando Romero señala que si bien hay bases para la reforma que se está llevando a cabo en el sistema educativo, lo que se critica son, como en otros casos, los métodos que está utilizando el mandatario para lograr sus propósitos.
“La violencia estudiantil es un fenómeno histórico en El Salvador, remontándose a las décadas de los 50 donde las rivalidades entre escuelas y clubes deportivos se convirtieron, con el paso de los años, en caldo de cultivo para la creación de pandillas”, relata. “Estas sirvieron a grupos criminales como MS y Barrio 18 para reclutar a sus miembros, sin que los sucesivos gobiernos pudieran encontrar una solución al tema”.
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Para el investigador, el problema no es enseñar buenos modales y civismo, sino la manera en que se están imponiendo con disciplina castrense. “Parece que el gobierno está dejando de lado el aprendizaje y la escolaridad, ignorando todos los avances y evoluciones de los métodos educativos en el mundo, para imponer un sistema retrógrado, un sistema primitivo de disciplina de educación a través del castigo”, considera.
Estudiantes en El Salvador Foto:AFP
¿Militarización de la educación?
En el centro del esfuerzo de Bukele de cambiar las escuelas se encuentra Karla Trigueros, doctora y capitana del Ejército cuyo ascenso a la cartera de Educación el 14 de agosto fue criticado por un sector de la población debido a su aparente nula experiencia en materias pedagógicas, las que parece ha querido suplir con su propia formación castrense.
Un énfasis en lo militar que no parece fortuito, con Bukele remarcando que “la nueva ministra, en su doble condición de capitana y doctora, ha demostrado la capacidad, el liderazgo y el compromiso necesarios para impulsar una transformación profunda en nuestro sistema educativo”.
Parece que el gobierno está dejando de lado el aprendizaje y la escolaridad, ignorando todos los avances y evoluciones de los métodos educativos en el mundo, para imponer un sistema retrógrado
Mientras tanto, la propia Trigueros enfatizó en el tuit conmemorativo de la asunción de su cargo que “como capitán y doctora, pondré mi experiencia, disciplina y vocación al servicio de esta misión, como lo he hecho en todas las misiones que se me han asignado”.
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Un lazo castrense que despierta en sectores de la población los espectros de un pasado que querían olvidar, como fue la dictadura militar que dominó la sociedad salvadoreña entre 1931 y 1979. Así lo remarcó el Frente Magisterial Salvadoreño, sindicato de trabajadores de la educación nacional, que en un comunicado publicado el 15 de agosto calificó de absurdo “el nombramiento de un agente militar como ministra de Educación (…) pues podemos hablar entonces de la lamentable militarización de la educación pública salvadoreña, como sucedió durante las dictaduras militares”.
Estudiantes en El Salvador Foto:AFP
“Consideramos que esta acción aberrante es un golpe más que la ultraderecha bukelista está perpetrando contra el área de Educación, y que descaradamente está encaminada a profundizar el deterioro de la educación pública con el objeto de privatizarla, al volver un peligro para los estudiantes el asistir a instituciones de educación pública”, afirmaron.
Una pieza más del rompecabezas está en la mesa este lunes 1 de septiembre, cuando entró en vigor el ‘Reglamento para la promoción de la cortesía escolar’, una iniciativa que, señalan, fortalecerá la cultura ciudadana en las escuelas y que exige a los alumnos saludar al maestro al entrar al aula, decir “por favor” al hacer una petición y dar las gracias.
Incumplir este reglamento puede acarrear graves consecuencias para los alumnos, ya que cada falta supone un demérito y el estudiante que tenga 15 de estas anotaciones “no podrá ser promovido de grado”, aunque da la opción de reducir las sanciones con buenos modales y actividades voluntarias de “orden y limpieza escolar”.
Otra de las iniciativas de la flamante ministra es el establecimiento de los Lunes Cívicos, con los estudiantes y docentes iniciando la semana con una serie de actividades que fortalecerán la identidad nacional, como la entonación del himno nacional o la oración a la bandera salvadoreña.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Foto:AFP
No solo los alumnos se encuentran en peligro si no cumplen estas normativas. Trigueros advirtió que los profesionales educativos, en particular los directores de colegios, deberán “asumir su rol como modelos del orden y la disciplina”, mientras que no que no adecúen sus políticas a las nuevas normativas incurrirán en “una falta grave de responsabilidad administrativa y dará lugar a las acciones correspondientes”.
Una rígida disciplina castrense que desafortunadamente puede afectar desproporcionadamente a los sectores más humildes de la población, por ejemplo a la hora de exigir un uniforme pulcro cada día en lugares donde el acceso al agua limpia no es algo seguro.
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“Esos niños pueden ser privados de un derecho humano irrenunciable como lo es la educación por una simple normativa que exige tal corte de pelo o el estado del uniforme. Y estamos hablando que muchos de los centros escolares están en zonas rurales donde hay mucha pobreza y las familias no pueden estar lavando el uniforme todos los días”, resalta Romero.
Para él, el gobierno debería enfocar más sus esfuerzos y recursos en mejorar la infraestructura de los centros educativos, que se están cayendo a pedazos. “¿Cómo es posible imponer disciplina militar cuando no les dan una infraestructura digna para estudiar”, resume.
“En mi opinión, estas son políticas dictadas desde oficinas con aire acondicionado y son los efectos de tener un gobierno por X, con muchos posts en redes sociales, pero sin conocer las realidades de nuestro territorio. Y lastimosamente acá lanzar una crítica al gobierno te manda inmediatamente en la canasta de la oposición, para los que el presidente Bukele no tiene oídos”, concluyó.
Karla Tigreros, ministra de Educación de El Salvador Foto:Instagram
¿Quién es Karla Trigueros?
Con solo 35 años, Karla Edith Trigueros ha sido puesta en una de las reformas educativas más importantes en la historia reciente de El Salvador. Nacida en la localidad de Sonzacate, Sonsonante, un 28 de abril de 1990, ingresó a la Escuela Militar capitán General Gerardo Barrios en enero de 2007, siguiendo sus sueños de convertirse en piloto.
Fue en esta época en que obtuvo una beca para estudiar Medicina en la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer, uniéndose al Hospital Militar Central y posteriormente al Comando de Sanidad Militar (COSAM) tras su graduación.
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Es en esta entidad donde hizo renombre, participando bajo el cargo de asesora médica en la respuesta del país a la pandemia del coronavirus, incluyendo el diseño y ejecución del Plan Nacional de Salud, rol que describió en una entrevista con Unicef en 2021.
Trigueros asumió la cartera de ministra de Educación el 14 de agosto de 2025, reemplazando a José Mauricio Pineda. Se trató de una polémica decisión por carecer completamente de una formación en materias pedagógicas.