El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, condenado la semana pasada por golpismo, sufre un problema renal y anemia y permanecerá por ahora en el hospital de Brasilia donde ingresó el martes, informó el centro de salud el miércoles.
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El líder de extrema derecha dejó su prisión domiciliar preventiva. Foto:AFP
El líder de extrema derecha dejó la víspera su prisión domiciliar preventiva y fue hospitalizado tras sentirse mal. Pasó la noche en observación, según su familia.
El exmandatario, de 70 años, fue condenado la semana pasada a 27 años de prisión por un intento de golpe de Estado, en un juicio histórico ante la corte suprema.
En un boletín, el hospital DF Star dijo el miércoles que Bolsonaro llegó el martes “deshidratado, con elevación de la frecuencia cardíaca y caída de la presión arterial”.
“Los exámenes evidenciaron persistencia de anemia y alteraciones de la función renal“, y el expresidente seguirá bajo observación a lo largo del miércoles para determinar si debe continuar en el hospital, según los médicos.
El expresidente brasileño (2019-2022) Jair Bolsonaro en Brasilia. Foto:AFP
Bolsonaro ha acusado en los últimos meses de frecuentes malestares, especialmente hipos crónicos y vómitos.
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Algunos de estos problemas de salud son derivados del ataque con cuchillo en el abdomen que sufrió durante la campaña electoral de 2018.
La corte suprema lo halló la semana pasada culpable de liderar una organización criminal para aferrarse al poder en 2022, tras perder las elecciones contra Luiz Inácio Lula da Silva.
Análisis de la situación del expresidente Jair Bolsonaro. Foto:
Bolsonaro no estuvo presente en las últimas sesiones del juicio debido, según sus abogados, a los problemas de salud.
El domingo Bolsonaro también ingresó al hospital para una intervención quirúrgica menor y programada, por lesiones en la piel. Los médicos le diagnosticaron entonces con anemia.
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