Las elecciones presidenciales en Chile serán el próximo 16 de noviembre, y aunque faltan varios meses la cancha ya se viene trazando para la mayoría de los candidatos. En agosto serán las inscripciones oficiales, pero la carrera entró en marcha desde que se conoció que Jeannette Jara, militante del Partido Comunista, será la abanderada de la coalición de izquierda Unidad por Chile tras ganar de manera contundente las primarias.
El factor Jara ha sido, sin duda, el elemento que gatilló la campaña pues ya se le considera una candidata fuerte para hacerle frente a José Antonio Kast, el conservador que intenta por tercera vez llegar al Palacio de la Moneda. De hecho, las encuestas realizadas poco después de su triunfo la colocan con números muy favorables y en primer lugar por encima del líder del Partido Republicano. Si bien los sondeos a estas alturas solo marcan un ‘momentum’, van dando un indicativo hacia dónde está yendo la opinión del electorado chileno.
Jara, afiliada al Partido Comunista desde su adolescencia, ya ha dicho que es la candidata de la coalición y no solo de su partido, y de hecho no ha tenido reparos en contradecir a su propia dirigencia con el afán de mostrarse más conciliadora y así poder ampliar su base electoral.
La candidata presidencial, Jeannette Jara, militante del Partido Comunista de Chile Foto:EFE
“El Partido Comunista de Chile, en general, siempre se ha plegado a favor de la institucionalidad, pero es cierto que su nombre evoca muchas cosas y la etiqueta genera un rechazo. Entonces, el desafío de la candidata es poder trascender a su partido. Además, su experiencia en este gobierno le favorece para eso”, explica a El Comercio la politóloga Isabel Castillo, académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile e investigadora COES.
Jeannete Jara, la candidata de la izquierda
Jeannete Jara fue hasta abril pasado ministra de Trabajo bajo la presidencia de Gabriel Boric y durante su gestión logró la reforma de las pensiones, el aumento del salario mínimo y la ley laboral de las 40 horas, objetivos considerados muy importantes.
“A los que votaron por Jara en las primarias no les interesó mucho el tema ‘comunismo versus democracia’, sino pesaron más sus características personales”, explica Christopher Martínez, investigador de la Universidad San Sebastián y director alterno del Núcleo Milenio Crispol. Sin embargo, no hay que olvidar que las primarias tuvieron una baja participación y en los comicios generales de noviembre el voto será obligatorio, por lo que la exministra necesita con urgencia ampliar su espectro.
“Uno de los flancos más débiles del Partido Comunista son sus apoyos internacionales, que todavía defienden el régimen cubano o muestran ambigüedad ante Venezuela, y eso es algo que evidentemente va a ser explotado por la derecha. Ahora, en el partido hay distintas visiones, y Jeannette Jara representa una parte más moderna que se aleja de esas posturas de la Guerra Fría. El desafío va a ser que los de la vieja guardia no tengan tanta presencia en la campaña”, acota Castillo.
La candidata presidencial, Jeannette Jara. Foto:EFE
“El Partido Comunista va a tener que ceder si es que ella decide moderarse, pero no creo que sean tan elásticos como para irse hacia el centro político. Ella sí tiene más elasticidad”, agrega Martínez.
Jara aún está formando el equipo que la apoyará en la campaña y se está reuniendo con los dirigentes de los partidos de la coalición de centroizquierda para ajustar y profundizar su programa de gobierno que, para las primarias, fue de apenas siete páginas. “Ella tiene el desafío de demostrar, en la práctica, si efectivamente puede liderar el proyecto de la centroizquierda y unificarlo, y eso aún está un poco ausente. Si bien, está siendo bien valorada en las encuestas, todavía le falta rescatar el apoyo de figuras claves que estén más allá de su partido”, expresa Martínez.
El otro flanco
Mientras la izquierda intenta enrumbarse en un mismo barco, la derecha chilena va dispersa pues no logró ponerse de acuerdo para ir a primarias y se presentarán con candidaturas diferentes a las elecciones presidenciales. Si todos los partidos de derecha unen fuerzas ganarían en noviembre, pero aún es prematuro hacer cálculos de cómo se moverá ese escenario.
José Antonio Kast se ha disputado las presidenciales en Chile Foto:Redes Sociales
Kast, que perdió en la segunda vuelta ante Boric en el 2021, ha dicho que será su última campaña presidencial y pretende ganarla.
Su agenda sigue girando en torno a la seguridad, al control de la inmigración y a la férrea oposición al progresismo gobernante, y su partido no ha perdido fuelle, como sí le ha ocurrido a la llamada derecha tradicional que lidera Evelyn Matthei, una experimentada política que está al frente de la coalición Chile Vamos, pero cuya candidatura ha ido desinflándose en los últimos meses.
La delincuencia mostró su cara más cruel: una niña de 13 años asesinada con su padre, un hombre acribillado en La Pintana, otro muerto en Recoleta y un joven baleado en Cerro Navia.
El crimen organizado está ganando terreno. No lo toleraremos.
Seré implacable: cárcel real en el… pic.twitter.com/7OTBVvCSl3
— Evelyn Matthei (@evelynmatthei) July 7, 2025
Aunque está tercera en los sondeos, su gran desafío es captar a los votantes más moderados que no optarían ni por Jara ni por Kast, el mismo colchón electoral al que también aspira Franco Parisi, el líder del Partido de la Gente que tampoco quiere posicionarse en un espectro político, pero cuya agenda está más ligada a la centroderecha.
“Kast es ya un político experimentado y hasta el momento ha jugado bien. Ha evitado meterse en polémicas y su partido ha hecho un trabajo territorial importante. Matthei representa a partidos tradicionales que hoy en día no venden mucho, y además ha cometido muchos errores en estos meses por no saber dónde ubicarse. A veces intenta competir con Kast y tiene posiciones muy de derecha, y a veces intenta moverse al centro, no tiene una postura clara”, analiza Castillo.
“Una de las cosas que perjudicó a Kast en la elección pasada fue que entonces el gobierno saliente de Sebastián Piñera era de derecha, y la gente quería un cambio tras el estallido social. Y ahora creo que a Jara le puede pesar que el gobierno sea de Gabriel Boric y que las personas que no quieren el continuismo se inclinen por Kast”, señala Martínez.
Por último, está Johannes Kaiser, que está a la derecha de Kast y su discurso tan radical lo hace ver a este más moderado. Aunque a inicios de año logró un apoyo de hasta dos dígitos, ahora se ha desplomado hasta un 5% y no es seguro si seguirá en carrera o se plegará finalmente a los republicanos.
Johannes Kaiser es diputado de la República de Chile desde 2022. Foto:@JouKaiserPrensa / X
¿Los partidos pesan?
Actualmente, en Chile hay 22 partidos políticos que se desplazan de la extrema derecha a la extrema izquierda, categorías que no son las únicas que la población considera al momento de votar, sobre todo entre un porcentaje que no está ideologizado y que prefiere propuestas claras antes que partidismos.
“Los votantes se mueven en dos planos distintos: el primero de izquierda a derecha pues aún tenemos un sistema de partidos que se puede ordenar así; y el segundo es el eje arriba-abajo o élite-pueblo, que provoca el rechazo hacia los partidos tradicionales que ya han gobernado y que se consideran parte de la élite”, refiere Castillo.
Jara, justamente, ha jugado bien esa ficha señalando que ella no forma parte de una élite económica, política o social, por lo que ha conectado con muchos que se siguen sintiendo al margen. Sin embargo, tendrá que hacer malabares para no ser identificada como la continuidad del gobierno de Gabriel Boric, que tiene una desaprobación del 56%.
Evelyn Matthei, aspirante a la presidencia de Chile. Foto:Redes Sociales
Igualmente, Kast sigue siendo visto como parte de una élite conservadora con poca voluntad de diálogo. Como finaliza Isabel Castillo, “hay un grupo del electorado que no tiene interés en política y que no se ubica a la izquierda o la derecha, pero que tendrá que votar en noviembre, por eso habrá mucha incertidumbre en la elección que viene, pues el factor de la novedad será importante para su decisión”.
Del deporte a la política
Uno de los precandidatos presidenciales es el periodista chileno y dirigente deportivo Harold Mayne-Nicholls, recordado por ser el presidente de la Federación de Fútbol de Chile y de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, además de director ejecutivo de los Juegos Panamericanos realizados en Santiago en el 2023.
Hasta el momento se ha inscrito como candidato independiente y está en camino de completar las firmas para oficializar su postulación en agosto.
“Soy de centro y no quiero ubicarme ni a la derecha ni a la izquierda. La cordura y la tolerancia se han perdido”, ha dicho en últimas entrevistas.