Los Brics iniciaron este domingo en Río de Janeiro su primera cumbre desde que el foro fue ampliado a once miembros, en medio de las tensiones generadas por la guerra comercial desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y por los conflictos en Oriente Medio y Ucrania.
La cita anual del foro en Río, que reúne a los jefes de Estado de 14 países, entre miembros, asociados e invitados, arrancó marcada por las ausencias de los líderes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, las dos mayores potencias del grupo, y de otros socios plenos, como Egipto e Irán.
La reunión comenzó a solo tres días de concluir el plazo fijado por Trump para alcanzar acuerdos comerciales con los países interesados antes de una elevación histórica de los aranceles para colocar productos en la mayor economía mundial.
Ceremonia de apertura de la X Reunión del Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics. Foto:EFE
En el caso concreto de los Brics, Trump también ha amenazado con imponer aranceles adicionales del 100 % si las economías emergentes toman medidas que pongan en tela de juicio la hegemonía del dólar en el comercio internacional.
En las reuniones previas, los ministros criticaron el proteccionismo y la imposición de tarifas unilaterales “inconsistentes con las reglas de la OMC” y defendieron el multilateralismo, pero sin citar directamente la nueva política estadounidense, algo que también se espera en la declaración final de la cita de mandatarios.
En cuanto a su posición sobre los conflictos bélicos, en la que existen diferencias internas, por ahora la han dejado fuera de cualquier declaración ministerial.
Irán, bombardeado en junio por Israel y Estados Unidos y que se incorporó a los Brics en 2024, ha presionado por una posición de condena a los ataques y también se ha negado a aceptar la propuesta de algunos de los miembros de una declaración de apoyo a una solución de dos Estados para el conflicto en Palestina.
Luiz Inácio Lula da Silva (d) y el primer ministro chino Li Qiang Foto:EFE
Hace dos semanas, los Brics consensuaron un comunicado para criticar los bombardeos a Irán, pero el documento se divulgó tardíamente, en un tono bastante moderado y sin mencionar directamente a Israel ni a EE. UU.
La dificultad para un consenso obedece a que un foro de países con realidades sociopolíticas diferentes como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica ganó aún más complejidad con la entrada de siete nuevos miembros igualmente con diferencias como Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Indonesia e Irán.
En la primera de las plenarias de este domingo será abordado precisamente el tema de paz y seguridad y reforma de la gobernanza global, en la que pueden ser mencionados sus diferencias en los conflictos, pero también el interés común en tener una mayor participación en las decisiones de la ONU, el FMI y el Banco Mundial.
En la segunda plenaria, en la tarde de este domingo y ya con la presencia de los gobernantes de los diez países asociados y de invitados como los de Chile y Uruguay, los Brics abordarán el fortalecimiento del multilateralismo y asuntos económicos y financieros.
El presidente Luiz Inacio Lula da Silva (L) y el primer ministro indio Narendra Modi. Foto:AFP
Será el momento de discutir las medidas que pueden facilitar el comercio entre los miembros del foro, como el uso de monedas locales en los intercambios y la eliminación de barreras no arancelarias, como forma de hacer frente al proteccionismo impulsado por Trump.
El tema de la plenaria del domingo será medio ambiente, COP30 y salud global y servirá para que los Brics anuncien una posición común para la Cumbre Climática que Brasil acogerá en noviembre próximo en la ciudad amazónica de Belém.
La cumbre ocurre en medio de la presión comercial del presidente de EE. UU., Donald Trump. Foto:AFP
Según fuentes diplomáticas, además de una declaración final, la reunión terminará con tres documentos específicos sobre medidas de cooperación para combatir las enfermedades desatendidas y olvidadas; estrategias de financiación para mitigar los cambios climáticos y la necesidad de adopción de una gobernanza global para regular la inteligencia artificial (IA).