El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó en secreto a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela. Esta decisión le suma más presión al mandatario chavista Nicolás Maduro, quien en los últimos dos meses ha visto cómo la costa de su país ha sido rodeada por un inédito despliegue naval estadounidense, mientras que aviones cazas de última generación F-35 han sido emplazados en Puerto Rico. ¿Estamos ante una reedición de las intervenciones de Estados Unidos en América Latina durante los años de la Guerra Fría?
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Nicolás Maduro asegura que EE. UU. tiene intenciones de derrocarlo. Foto:AFP – Archivo EL TIEMPO
Washington asegura que el desplazamiento militar en el mar Caribe es para labores de interdicción del narcotráfico. Además, sostiene que el Cártel de los Soles, supuestamente liderado por Maduro, inunda Estados Unidos de droga.
Desde agosto, la flota naval enviada al Caribe ha atacado a por lo menos seis lanchas cerca de la costa venezolana bajo el argumento de que llevaban droga. Antes del ataque del jueves, al menos 27 personas han muerto en esas acciones.
Sin embargo, tanto el chavismo como la prensa estadounidense han expresado que el objetivo de esta operación es deponer a Maduro del poder en Venezuela.
De acuerdo con el diario The New York Times, la nueva autorización secreta de Trump permitiría a la CIA llevar a cabo operaciones letales en Venezuela y realizar una serie de acciones en el Caribe.
Incluso podría emprender operaciones encubiertas contra Maduro o su gobierno de forma unilateral, indicó el NYT.
El miércoles, el propio Trump confirmó la revelación del NYT. Dijo que había autorizado la acción encubierta y que Estados Unidos estaba considerando lanzar ataques terrestres en Venezuela.
“Sin duda, ahora estamos considerando el territorio terrestre, porque tenemos el mar muy bien controlado”, manifestó el presidente ante una pregunta de la prensa.
Luego explicó que hay dos razones para la autorización: acusó a Venezuela de haber vaciado sus prisiones para enviar a criminales a Estados Unidos. Y dijo que mucha de la droga que entra en su país proviene de Venezuela.
Los ataques dentro de Venezuela representarían una seria una escalada con respecto a la situación actual. El NYT detalló que hay 10.000 soldados estadounidenses en el Caribe, la mayoría en bases de Puerto Rico. Los otros son los marines que están en buques de asalto anfibios cerca de Venezuela.
En total, la Armada estadounidense tiene ocho buques de guerra y un submarino en el mar Caribe.
Buque de asalto USS Iwo Jima desplegado en el Caribe. Foto:Commander Naval Surface Force Atlantic
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No se descarta la eliminación física
Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa e Inteligencia, le dijo a El Comercio que no es habitual que un presidente de Estados Unidos confirme públicamente que ha autorizado a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas en el exterior, ya que este tipo de disposiciones suelen mantenerse en absoluto secreto.
Respecto a las implicaciones de este anuncio, Gómez de la Torre dijo que “significa hacer más fuerte el tipo de operación que normalmente realiza la CIA, que es infiltración, agitación, propaganda, sabotaje y eventualmente la eliminación física de uno o varios objetivos. Nunca se sabrá, naturalmente, el contenido exacto de esta orden”.
“Se trata, por tanto, de un retorno a los métodos clásicos de la Guerra Fría, donde la agencia operaba con amplio margen de acción en el hemisferio”, remarcó.
Por otra parte, el analista explicó que la política hacia América Latina estaría siendo liderada por Marco Rubio, quien además de encabezar el Departamento de Estado, actúa como asesor de seguridad nacional del presidente Trump.
“Rubio representaría la línea dura dentro del gabinete, imponiéndose frente al enfoque diplomático o negociador que encarna Richard Grenell, el enviado para Venezuela“, sostuvo.
Estas han sido las operaciones encubiertas de la CIA en América Latina
La CIA organizó la Operación PBSUCCESS para derrocar al presidente Jacobo Árbenz Guzmán, cuyo programa de reforma agraria afectaba a la United Fruit Company.
Estados Unidos consideraba que sus políticas eran comunistas.
La CIA financió, entrenó y armó a un pequeño ejército rebelde liderado por Carlos Castillo Armas. Además, difundió propaganda radial para simular una gran insurrección.
Tuvo éxito y Árbenz fue sustituido por una junta militar.
El refugio en México le sirvió a Castro para preparar su campaña revolucionaria. Foto:Getty Images
Invasión de Bahía de Cochinos, en la que exiliados cubanos fueron entrenados por la CIA en Nicaragua y Guatemala para derrocar a Fidel Castro.
La operación fracasó y terminó reforzando el poder de Castro y su alianza con la entonces Unión Soviética.
La Operación Mangosta tenía como objetivo desestabilizar y derrocar al gobierno de Castro.
El presidente John F. Kennedy ordenó a la CIA llevar adelante acciones encubiertas, incluyendo el sabotage, terrorismo y asesinato .
No logró su objetivo. La consecuencia fue la crisis de los misiles de 1962, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron a punto de iniciar una guerra nuclear.
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Estados Unidos apoyó logística y políticamente el golpe militar que derrocó al presidente João Goulart, acusado de ser demasiado izquierdista y con inclinaciones pro-comunistas.
La operación incluyó coordinaciones con militares brasileños, el envío de buques de guerra, el financiamiento de protestas y la manipulación mediática.
Como consecuencia, se inició una dictadura militar que duró 21 años.
- República Dominicana, 1963-65
La CIA participó activamente en la campaña de desestabilización contra Juan Bosch en la República Dominicana, antes y después de su breve gobierno en 1963.
En 1965, tropas estadounidenses invadieron el país para impedir el retorno al poder de Juan Bosch.
Washington buscaba un gobierno alineado a sus políticas.
Estados Unidos dio apoyo político, financiero e inteligencia para el golpe de Estado militar que derrocó a Salvador Allende en Chile.
La CIA financió a partidos políticos opositores, sindicatos, medios de comunicación y a grupos empresariales. También promovió la desestabilización económica.
Como consecuencia, se instaló la dictadura de Augusto Pinochet.
La dictadura de Pinochet fue establecida entre 1973 y 1990. Foto:BBC
Estados Unidos, a través de la CIA, apoyó la represión de opositores políticos llevada a cabo por dictaduras de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Chile mediante la Operación Cóndor.
Estas dictaduras y la CIA intercambiaron información, perpetraron secuestros y asesinaron a opositores.
Como resultado, además de los muertos hubo miles de desaparecidos y se ejecutaron violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
Estados Unidos financió y entrenó a la Contra, grupos armados opositores al gobierno sandinista encabezado por Daniel Ortega en Nicaragua, buscando desgastar y eventualmente sacar del poder al sandinismo.
La CIA formó parte de la Operación Furia Urgente, la invasión militar de Estados Unidos a Granada para derrocar al gobierno marxista de Hudson Austin, sucesor de Maurice Bishop, bajo la justificación de proteger estudiantes estadounidenses y frenar influencia cubana.
La Operación Causa Justa tuvo como objetivo capturar al dictador panameño Manuel Antonio Noriega, antiguo colaborador de la CIA convertido en adversario.
Antes de la invasión militar de Estados Unidos, la CIA operó redes internas de espionaje y sabotaje contra el régimen de Noriega.
Estados Unidos lideró la intervención militar Uphold Democracy que restituyó a Jean-Bertrand Aristide como presidente de Haití.
Aristide había sido derrocado en 1991. Si bien la CIA no organizó directamente el golpe de Estado, sí habpia entrenado y apoyado a los servicios de inteligencia haitianos responsables de la asonada.
Además, la CIA contribuyó a desacreditar a Aristide dentro del aparato político de Washington.
Manuel Antonio Noriega. Foto:Archivo particular
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Tras el golpe, la CIA supervisó y limitó los movimientos de Aristide en Panamá, buscando neutralizar el impacto político de su figura.
John Ratcliffe, señal de mano dura
Andrés Gómez de la Torre dijo a El Comercio que el nombramiento de John Ratcliffe como director de la CIA reforzó la orientación de mano dura del secretario de Estado Marco Rubio y del propio Trump.
Recordó que Ratcliffe había prometido ante el Congreso de Estados Unidos impulsar una agencia de inteligencia más agresiva, audaz e intrusiva y menos temerosa de asumir riesgos.
“Su cercanía con Marco Rubio facilitaría la aplicación de esta nueva doctrina en el terreno latinoamericano, particularmente en Venezuela”, sostuvo el analista.
Roger Zuzunaga Ruiz – GDA El Comercio
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