Entre marzo y septiembre de 1982, trece jóvenes, ocho de ellos estudiantes de la Universidad Nacional en Bogotá, fueron arrancados del seno de sus familias sin que hasta hoy se sepa qué pasó con varios de ellos. Ocurrió en una época en la que la desaparición forzada no se consideraba un delito en Colombia y cuando el país sufría unas formas de terror que, se supone, deberían haber sido superadas con la promulgación de la Constitución de 1991.
Se trató de Édgar Helmut García, estudiante de Sociología; Orlando García Villamizar (Derecho); Pedro Pablo Silva (Enfermería); Edil Brando Joya (Enfermería); Pedro Gustavo Campos (Ingeniería) y Rafael Guillermo Prado (Derecho). También, los hermanos Alfredo Rafael Sanjuán (Arquitectura) y Samuel Humberto Sanjuán (Antropología), a quienes la Comisión de la Verdad atribuye haber pintado al Che Guevara en la fachada del Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional.